En las Culturas Tradicionales, se considera al Hombre y a la Mujer en un fino equilibrio sostenido por dos principios: Ambos son diferentes en biología, naturaleza, espíritu, pensamiento. Y a la vez, ambos son esencialmente necesarios para la comprensión completa de lo Humano, La Naturaleza y lo Divino.
¿Qué significa ésto?
A lo largo de los milenios, el ser humano observó que la naturaleza evoluciona en base a contrarios complementarios. El fuego, junto con el agua, podía servir para preparar la arcilla y elaborar artesanías. Así, se dió cuenta que mujeres y hombres, siendo distintos, podrían colaborar en el desarrollo y organización de la tribu. Haciendo la división del trabajo.
Observamos, por ejemplo, que las mujeres fueron desarrollando el conocimiento de las hierbas que podrían curar, aprendieron el cuidado de la prole, entendieron los ciclos lunares y muy posiblemente, hayan sido mujeres las que desarrollaron la primera forma de agricultura, al mirar asombradas, como los granos enterrados, germinaban.
Los hombres, por su parte, se esmeraban en la protección del clan, custodiando que los fenómenos naturales como inundaciones, tormentas, heladas, o los animales salvajes o incluso grupos adversarios, no fueran a atacar y dañar al clan.
La caza, la técnica para armas y herramientas.... Pero también el sentido de estrategia y colaboración en equipo, fueron también desarrollándose.
De ésta manera, mujeres y hombres fueron comprendiendo que era necesaria la cooperación mutua para poder existir y garantizar un mínimo de condiciones de vida.
La vida instintiva, de búsqueda de recursos, fue alcanzando nuevos ciclos y se desarrolla la religión como un proceso de conocimiento y aprendizaje sobre los ciclos tanto agrícolas, como en los ciclos personales.
Es decir, con la siembra - cuidado - cosecha, se desarrolla la religión y con la observación de los astros y los períodos se desarrollan los rudimentos de la astronomía y en su conjunto, la religión permite y propicia la aparición del conocimiento. En base, a la observación, el diálogo y el aprendizaje compartido.
Esto también permite observar los diferentes tipos de personalidad y la forma diferente en que hombres y mujeres aprendieron a ser y conocerse a sí mismos. Diferentes formas de entender su mundo, su clan - tribu y su filosofía y espiritualidad.
En la mutua colaboración, se dan cuenta que había que profundizar en el sentido de lo Sagrado Masculino y Sagrado Femenino, para comprender el Universo.
Y surgen así, las grandes tradiciones religiosas, filosóficas y de conocimiento.
¿ Qué significa que sea Sagrado?
En nuestro tiempo, la ignorancia generalizada ha hecho perder el sentido de prácticamente todo.
La humanidad está en una situación peculiar, en que por primera vez, el conocimiento está al alcance literalmente de un movimiento de dedos ( "Googlear" ) pero el conocimiento real está en el fondo de un océano de fantasías, malas interpretaciones, distorsiones, falsificaciones y charlatanerías.
Este concepto, por ejemplo, de considerar lo humano como algo sagrado, para la pobrísima "cultura" actual, significaría algo así como atribuir rasgos de tótem o de lejanía intocable.
Sin embargo, lo Sagrado significa otra cosa. Significa darle un sentido REAL, OBJETIVO, PROFUNDO a lo cotidiano.
Que un manantial sea Sagrado, significa que tiene una importancia para la comunidad que requiere de esa agua limpia para su existencia.
Que Mujer y Hombre sean sagrados, significa que en su individualidad y en su relación, poseen un sentido profundo y un propósito más allá de lo meramente casual, instintivo y cotidiano.
La Sacralidad, le daba al Hombre y a la Mujer, un carácter de respeto mutuo, de búsqueda conjunta. Precisamente sustentada en que al ser diferente, aportan distintos enfoques sobre la misma vida, la muerte, la salud, el conocimiento, la comunidad....
Y esa Sacralidad, requiere por supuesto, un Arkhé, un Equilibrio donde se logra trepar el hombre cotidiano, la mujer cotidiana para tener la experiencia mística que le hace alcanzar la hierofanía, la percepción de la Realidad.
Termino con unos párrafos de Mircea Eliade, sobre lo Sagrado y lo Profano.
"Las sociedades primitivas articulan una ontología de acuerdo con la
oposición sagrado-profano. ¿Qué es lo sagrado? Lo sagrado es lo que
está saturado de ser, de realidad, de potencia o de fuerza. Lo profano es
aquello que está más o menos afectado de irrealidad o de pobreza ontológica.
El hombre primitivo toma como referencia lo sagrado para
discernir lo real de lo irreal. Es por ello, a diferencia del moderno, un
homo religiosus, un hombre que se esfuerza por mantenerse en la cercanía
de la divinidad para orientarse en el mundo. “El deseo del hombre primitivo
de vivir en lo sagrado equivale, de hecho, a su afán de situarse en la
realidad objetiva, de no dejarse paralizar por la realidad sin fin de experiencias
puramente subjetivas, de vivir en un mundo real y eficiente y no
en una ilusión”
" La experiencia de lo sagrado no pertenece al plano puramente
subjetivo o psicológico sino a lo estrictamente objetivo, es la
roca firme desde donde poder orientarse en el mundo. Lo profano solo
existe porque participa de alguna manera en lo sagrado. Se trata a fin de
cuentas, de dos modos de estar en el mundo, los dos modos del homo
religiosus primitivo".
http://www.filosofiaenmalaga.net/claridades/6_2014/LUCAS_33-48.pdf