Era un frío enero en el último tramo del Siglo XX. Habíamos leído el libro firmado por Ayocuan con el impulso de Antonio Velasco Piña.
La historia de Regina, esa heroína entre la bruma mística y la crónica, que anunciaba el despertar de México, cambiando el Tiempo Cósmico gracias a que la conciencia de la gente, en México, despertaría con una visión diferente a la era del autoritarismo, del fanatismo y de la imposición.
Generaba entre nosotros el debate, ya que nuestras lecturas cotidianas, para entender el Mundo y sus Devenires, solían ser de Mircea Eliade, Teilhard de Chardin, René Guénon, y otros más, discrepantes todos del típico análisis materialista de la historia que solía dominar las Universidades Públicas... y algunas privadas.
Entendíamos que no se trataba de un "culto" ni mucho menos, de negar el análisis científico. Más bien, comprender que la Ciencia no debería estar al servicio de una ideología ni justificar nuevos totalitarismos para acabar con viejos problemas.
Por eso leímos a "Ayocuan" con sumo interés.
Básicamente, la Historia Humana, desde la Enciclopedia francesa y la Revolución, se relata como una línea horizontal, de la ignorancia al conocimiento, de la pobreza al desarrollo, de la tribu al individuo, del atraso al progreso.
En sí, el Mito del Progreso excluía toda explicación que no implicara la máquina, la ciudad, el ser individual y el estado como vigilante.
Por eso los últimos 2 siglos vieron nacer dos modelos de sociedad en apariencia adversarios, pero en sus resultados sinónimos: El Capitalismo Liberal y el Socialismo Marxista.
Uno, anunciando la libertad del individuo sobre la naturaleza, la comunidad, la trascendencia y de sus propios condicionamientos. El otro, preconizando que la libertad sólo podría llegar en un modelo colectivo. La Libertad no era individual sino de clase. Y el Estado, el responsable de vigilar que la Libertad fuera bien conducida.
El Despertar de México, decía Regina, no vendría del triunfo de uno u otro autoritarismo o de la negación del Espíritu Trascendente, sino precisamente, de redescubrir lo Sagrado.
Otro autor, ajeno en su disciplina a éste texto, Paulo Freire, también escribía su primer "Pedagogía del Oprimido" y "Educación Liberadora".
Ahí, señalaba: "El Hombre es un Ser inacabado, en perpetua construcción. El Hombre es un ser que se relaciona:
- Consigo Mismo
- Con su Comunidad / con el Otro - Otra
- Con la Naturaleza
- Con Lo Sagrado / Trascendente
La idea central, era que el Ser Humano no avanza gracias al Mercado y a su Egoísmo o Avaricia que le urge a competir. Ni tampoco, el Ser Humano se realiza gracias al Estado, un Partido o un Decreto.
El Ser Humano, ya lo decía años antes Mounier, nace, vive y se desarrolla, gracias a su conciencia de sanar todas las relaciones, todo lo que nos hace Comunidad.
La Historia Humana, en la Visión Materialista, es la competencia por recursos y definir por quien los reparte. El Mercado o el Estado.
El problema, es que ambas ideas, coinciden en hacer de lo Humano un botín. Los Humanos sin posibilidades de competir son excluidos. No podrán tener vivienda, alimentos, conocimiento... O, si lo tienen, serán placebos. Viviendas mínimas, alimentos sin calidad y un conocimiento mínimo.
En un Estado Totalitario, donde el Partido decide quien es pobre y rico, crea consumidores de propaganda y rebaños sometidos al Caudillo.
Por eso, Regina, en la Mujer Dormida, dice que lo Sagrado Femenino lanzará un grito, y su sacrificio en la Plaza de las Tres Culturas, será como un Acto Limpio donde los mártires pelearán por despertar a una Nación milenaria.
Y es que la Conciencia de Lo Sagrado, hará que nazca una Civilización en México, y desde México, que sane todas las relaciones de Lo Humano.
Ese enero frío, llegamos a la casa de Velasco Piña, con la curiosidad de conocer al Testigo del México Sagrado, pero con la intención, de compartirle nuestra propia historia y lo que nuestra mística militante nos inspiraba, también en la Idea de despertar al México Soberano y Eterno....
Nos recibió con cortesía y junto a un Mandala Tibetano y una imágen de la Madre del Tepeyac, hicimos las presentaciones. Tres #Sinarquistas y Velasco Piña.
Confesamos que teníamos alguna inquietud, pero no. El conocía parte de nuestro Ser. Ya le habíamos compartido antes el Tomo I de "Historia Gráfica del Sinarquismo".
Hablamos de las Marchas Sinarquistas en Pueblos, caminos rurales, montañas y ciudades. Marchas que eran con cantos, arengas y Vivas a México. Nunca un "muera", nunca dejando basura. Siempre con Banderas Nacionales.
Hablamos de la Mística del Monje Soldado, la Mística de la Guerra Sagrada ( que no se refiere, como algunos novatos creen, a un pleito de logias vs clero o un conflicto entre colectivos religiosos.
Hablamos de la comprensión de México, como una Nación donde convergieron Civilizaciones Milenarias tanto nativas como posteriormente la europea y la africana.
Hablamos de los Mártires Mexicanos que no fueron sólo en aquel fatídico 2 de Octubre en Tlatelolco, sino también, un 2 de Enero en León, también con centenares de mártires en manos de un Estado corrupto y decadente y su ejército formal y sus grupos de choque con mentalidad nublada por el vicio y el odio.
Velasco Piña, nos subrayó las fotos donde se ven las mujeres #sinarquistas marchando gallardas, poderosas, en perfecto orden.
Y nos dijo: "Ven, la Mujer Sagrada ya reclamaba aquí, el Despertar de México".
Nos despedimos con un cordial agradecimiento. Sabíamos que un caminar como el nuestro, no necesariamente nos llevaría a nuevos encuentros.
Pero lo esencial era cercano: México, Tierra Sagrada, México Eterno, México cuna de viejas civilizaciones que cumplieron sus ciclos de aparición - desarrollo - clímax - conflicto - decadencia y una nueva Era de Renacimiento....
A los prácticamente 20 años de ese Encuentro, nos hallamos un México en violencia, pandemia, odios, ignorancia....
¿Fallaron los mártires? ¿ Erraron los augurios?
No. El Despertar de México comenzó hace mucho y continúa el Proceso. Porque después de la Conciencia Dormida, vino ésta etapa de un despertar aún en pesadillas, con los peores demonios matando los sueños y la alegría, envenenando al mundo, tronchando flores de un jardín nacional que recién florecía.
Pero el Despertar sigue.
Hoy, la Conciencia de Lo Sagrado, la Sanación de todos los Vínculos, prosigue.
Y nosotros, como milicia del espíritu, nos hallará trabajando en el Despertar, de ese México Soberano y Eterno en que aprendimos a Creer.
Posd. Hoy, nos enteramos de la Partida a la Región de los Ancestros, de Antonio Velasco Piña. Que los Caracoles y Teponaztles, las sonajas y las chirimías lo reciban en La Región de Los Ancestros, allá donde todos danzan y honran a la Vida, que Regina lo salude y le diga, que fué un buen Testigo.